Bacalao con cebolla caramelizada

Receta ↓ Ángela Solar

¡Disfruta de este delicioso bacalao con cebolla caramelizada! Este plato combina la textura suave y el sabor salado del bacalao con la dulzura de la cebolla caramelizada. Perfecto para una cena especial o para impresionar a tus invitados en una reunión. ¡Anímate a probarlo!

Los imprescindibles del bacalao con cebolla caramelizada

Para que este plato te quede de rechupete, vas a necesitar unos ingredientes que sean la envidia de cualquier pescadero o frutero. Aquí te dejo mi selección estrella:

• Bacalao - Yo me decanto siempre por unos lomos jugosos que ya vengan desalados; así me ahorro el remojo y me centro en lo que de verdad importa, ¡el sabor!
• Cebollas - No te conformes con cualquier cebolla, busca las más dulces para conseguir ese caramelizado que te hará cerrar los ojos de placer.
• Aceite de oliva - Un chorretón generoso de este ingrediente y tu plato se convertirá en una delicia crujiente por fuera y tierna por dentro.
• Azúcar - Un poco de azúcar moreno es mi secreto para unas caramelizadas de auténtico lujo. Créeme, marca la diferencia.
• Sal y pimienta - La pareja perfecta para darle ese punto final a nuestro plato. Pero oye, si te sientes aventurero, ¿por qué no pruebas con unas escamas de sal ahumada o una pimienta recién molida con toques de limón?

Elaboración

¡Empecemos con el paso más importante, preparar nuestro bacalao! Si compras bacalao sin desalar, no te preocupes, es muy sencillo hacerlo en casa. Solo necesitas sumergirlo en agua fría y cambiar el agua cada 8 horas durante uno o dos días. Así, eliminarás la sal excesiva y conseguirás un sabor más suave y agradable.

Una vez desalado, sécalo suavemente con papel absorbente y córtalo en trozos regulares. Recuerda que el tamaño de los trozos influye en el tiempo de cocción, así que asegúrate de que todos tengan más o menos el mismo tamaño.

¡Vamos a por la parte más deliciosa de esta receta! La caramelización de la cebolla es una verdadera delicia, y es muy fácil de hacer. Yo siempre prefiero hacerla en casa, así puedo controlar el nivel de dulzor y evitar los conservantes que suelen llevar las versiones envasadas.

Lo primero que necesitas es cortar la cebolla en juliana fina. Si tienes un buen cuchillo y un poco de paciencia, puedes hacerlo en un momento. Pero si prefieres ahorrarte el esfuerzo, también puedes usar una mandolina. ¡Ojo! Si usas una mandolina, ten cuidado con los dedos.

Una vez que tengas cortada la cebolla, ponla en una sartén con un chorrito de aceite de oliva y un poco de sal. Lo ideal es usar una sartén grande y plana, así se cocina más uniformemente. Deja que la cebolla se vaya pochando a fuego lento durante unos 10-15 minutos, removiendo de vez en cuando para que no se pegue.

Una vez que se ablande y adquiera transparencia, incorpora un par de cucharadas de azúcar moreno y mezcla bien para su integración. Deja que siga cocinándose a fuego lento durante otros 10-15 minutos, o hasta que el azúcar se haya caramelizado y tenga un color dorado intenso. ¡Y listo! Ya tienes tu cebolla hecha en casa.

¡Vamos a por la parte más sabrosa de esta receta! Saltea el bacalao en una sartén antiadherente con un chorrito de aceite de oliva.

¿Por qué aceite de oliva? Pues porque le da un sabor y una textura inigualables. Una vez dorado por ambos lados, prepárate para el toque final: añade la cebolla caramelizada y mézclala bien con el bacalao. Cocínala hasta que el pescado esté hecho. ¡El resultado es una combinación de sabores que te dejará sin palabras!